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7 prácticas que ayudan a los líderes a enfrentar los desafíos del COVID-19

7 prácticas que ayudan a los líderes a enfrentar los desafíos del COVID-19

¿Cómo diriges los equipos a distancia? ¿Cómo mantener y profundizar la conexión con tu gente? ¿Cómo mantener la motivación alta enfrentando creativamente los nuevos desafíos? Echa un vistazo a estos consejos inspirados en el pensamiento Lean

Por: FLÁVIO AUGUSTO PICCHI – Presidente Lean Institute Brasil



La crisis mundial desatada por la pandemia covid-19 ha tenido enormes repercusiones en el mundo empresarial, además, por supuesto, de las consecuencias en la vida de todos.

Se ha hablado mucho de los cambios debidos al uso intensivo de formas de trabajo a distancia, pero se ha discutido relativamente poco sobre los impactos de este escenario en los procesos de liderazgo.

 

¿Cómo dirigir equipos a distancia? ¿Cómo mantener y profundizar la conexión de la gente? ¿Cómo mantener la motivación alta enfrentando creativamente los nuevos desafíos?

 

Estas son sólo algunas de las preguntas que han hecho aún más compleja la tarea de cada líder, en los más diversos niveles: desde el presidente de una empresa hasta el coordinador de una célula de trabajo.

 

Cada uno está aprendiendo intensamente en esta crisis. Comparto siete prácticas, inspiradas en el pensamiento Lean, que pueden ayudar en este momento:

 

1. Escuchar y comprender las limitaciones

Más que nunca, saber escuchar a cada empleado y comprender sus dificultades y necesidades son habilidades que deben ser ejercidas por los líderes. Las personas se enfrentan a diversos problemas en sus hogares, como horarios, espacios, infraestructura, necesidad de conocer nuevas tecnologías, atención a los miembros de la familia, problemas de salud, etc. Es fundamental saber considerar este contexto y respetar la diversidad al establecer las rutinas.

 

2. Hablar de los problemas

Dentro del Lean, consideramos los problemas como tesoros. Sólo exponiendo los problemas con franqueza podemos resolverlos y así hacer mejoras. Los problemas, ya sean corporativos o cotidianos, se multiplican con la crisis. Depende de los líderes crear un ambiente donde la gente se sienta segura y estimulada a exponer los problemas. De lo contrario, irán “bajo la alfombra”, creciendo y empeorando. Siempre que alguien trae un problema, una buena práctica es centrarse en las causas, no en los “culpables”. Soy conciente de que esto es fácil decirlo, pero difícil de practicarlo.

 

3. Mejorar los procesos

La necesidad de soluciones rápidas ha generado un efecto positivo: la gente está mucho más atenta a la simplificación de los procesos, eliminando la burocracia innecesaria. Como dice el refrán, “el diablo está en los detalles”. El mayor sentido de urgencia ha ayudado a romper viejos paradigmas, facilitando el trabajo de todos y eliminando el desperdicio. Aproveche la oportunidad para hacer una revisión rápida y exhaustiva de los procesos.

 

4. Siga de cerca y apoye

Incluso con el desapego social, el líder debe, más que nunca, estar cerca de las personas, apoyándolas en sus actividades. Esto sólo es posible si se establecen rutinas de gerenciamieno diarias con el equipo, si se utilizan indicadores claros, si se establecen procesos para poner en marcha rápidamente cadenas de líderes y áreas de apoyo (siempre que sea necesario), etc.

 

5. Aumentar la conexión del equipo

La necesidad, si se trabaja positivamente, es propicia para la colaboración. Todo el mundo entiende que estamos en una situación excepcional y que colectivamente podemos enfrentar los problemas de una mejor manera. Los medios digitales de interacción, una novedad para muchos, han aportado posibilidades de trabajo en equipo que no se exploraron hace mucho tiempo, como las reuniones rápidas con personas de diferentes lugares y de diferentes sectores. Es un buen momento para romper los silos y aumentar el trabajo colaborativo.

 

6. Involucrar a todos en la resolución de problemas

Todas las personas tienen la capacidad y la inteligencia para contribuir a enfrentar los enormes desafíos que se plantean a las organizaciones para sobrevivir y reinventarse. Para que esto sea efectivo, deben utilizarse métodos estructurados de resolución de problemas (A3). El mejor uso que un líder puede hacer de su escaso tiempo en estos tiempos difíciles es guiar a grupos de empleados, desarrollándolos como solucionadores de problemas, aprovechando al máximo sus experiencias y creatividad.

 

7. Sea transparente y enfatice el propósito

No puede haber falta de transparencia en la comunicación sobre la situación de la empresa y cómo se enfrentará a la crisis. Esto se aplica a todos los involucrados, clientes, empleados, proveedores, etc. Es un momento en el que hay que hacer hincapié en el propósito superior de la organización, reforzando sus principios y compromisos con la sociedad.

 

De hecho, estas siete prácticas son siempre importantes. Ejercitarlas más profundamente durante la crisis, además de ayudar a enfrentarla, puede aportar un gran aprendizaje y generar mejores líderes para cualquier situación.

 

Fuente: Lean Institute Brasil

 

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