No se puede resolver un problema sin abordar la “causa de raíz”
En gestión, cuando se trata de la capacidad de las personas y los equipos para hacer frente a los problemas, a menudo utilizamos la metáfora adaptada descrita anteriormente. No se puede resolver realmente un problema si, antes de pensar algún tipo de solución, no se analiza a fondo lo que llamamos la “causa raíz”.