Las ideas que vas a conocer no son nuevas. De hecho, fueron inventadas en su mayoría por Henry Ford a principios del siglo XX. En 1913, en Highland Park, abrió una planta de automóviles para el Modelo T, que en realidad utilizaba todas las ideas de las que ahora hablamos en el contexto del mapa del flujo de valor (VSM).
Ford inventa el flujo de producción
Ford había crecido en un mundo en el que se ponían los procesos en diferentes lugares, y el producto iba al proceso. Las cosas se movían por todas partes. No iban muy rápido. Por lo tanto, habían muchos lotes grandes, muchas paradas y arranques. Y en Highland Park, Henry Ford tuvo una idea fundamentalmente revolucionaria: ¿Por qué no alinear las actividades en la secuencia del proceso para que el producto vaya sin problemas de principio a fin?
Ahora conocemos la línea de ensamble. Ese no es realmente el gran avance que hizo Ford. Aunque, es un avance maravilloso. Pero el avance, más importante de Ford, fue en los pasos de fabricación: fundición, mecanizado, pintura, soldadura – donde alineó todo tipo de tecnologías que normalmente no convivían y aun no lo hacen, en una secuencia continua para crear flujo, y hablaba de flujo. Al inicio él lo llamó su sistema de flujo de producción.
El problema era que sólo tenía un producto, el Modelo T, que venía sin opciones y venía en un solo color. Y mientras eso fuera todo lo que tenía que hacer, era muy fácil introducir un flujo continuo y suave. Con el paso del tiempo, la industria tenía una gran variedad de productos, muchas opciones, muchos colores, y la demanda de los clientes subía y bajaba y subía y bajaba, y poco a poco Ford y otros fabricantes abandonaron las ideas de flujo originales, que fueron redescubiertas después de la segunda guerra mundial por Toyota.
Los avances de Ohno en el flujo de producción
Taiichi Ohno, el hombre que puso en marcha el sistema de producción de Toyota, siempre decía: “He aprendido todo lo que sé de Henry Ford, excepto que he encontrado la forma de hacerlo con mucha variedad y poco volumen. Ford sólo puede hacerlo con poca variedad y mucho volumen”. Así que, cómo crear un flujo halado constante del cliente, una voz del cliente en todo el sistema de producción, con alta variedad y bajo volumen – ese era el verdadero desafío. Y eso es lo que Toyota descubrió cómo hacer.
La gente de Toyota utiliza el mapa del flujo de valor (VSM). Para ellos, es algo natural; es como respirar. Para nosotros, como no hemos utilizado este lenguaje, parece un poco extraño. La idea es tomar una familia de productos y escribir todos los pasos, de principio a fin, ya sea para un componente o para todo el producto.
Utilizar el VSM para lograr el flujo
Se podría dibujar un mapa desde la materia prima hasta el cliente, pero seamos prácticos y empecemos por el nivel de la planta. Escribe todos los pasos y hazte una pregunta muy sencilla: ¿Cuáles son desperdicios? Resulta que la mayoría de los pasos eran desperdicios. ¿Y cuáles realmente crean un valor que el cliente estaría dispuesto a pagar?
Una vez anotados esos pasos, hay que anotar el flujo de información. Tienes pasos físicos, cruzando la parte inferior del mapa. Tienes el flujo de información en la parte superior del mapa. Lo pones todo junto. Y, cuando lo hayas hecho, tendrás un mapa completo. A partir de ahí, te planteas algunas preguntas muy sencillas: ¿De qué pasos podemos deshacernos? Y de los pasos que quedan, cómo podemos hacerlos en un flujo continuo, para que el producto salga sin problemas y sólo, sólo cuando el cliente lo quiera.
Aprendiendo a ver
Este es un método para dibujar un mapa que puedas ver. Como decimos, para que puedas aprender a ver. Tantos gerentes, buenos gerentes, gerentes trabajadores, y trabajadores, son de hecho, ciegos. Están mirando todas las cosas equivocadas, Miran la máquina, Miran la organización, Miran la planta, las instalaciones, las paredes… Tenemos que aprender a ver el producto. Al cliente sólo le interesa el producto.
Esta es la herramienta que te permite hacerlo. Es una herramienta que necesitas aprender, que todos tus compañeros tienen que aprender, no tiene sentido aprender un idioma que sólo tú puedes hablar. El objetivo de un idioma es que lo hable todo el mundo.
Así que este es el comienzo; este es el paso que te pondrá en marcha, Te garantizo que cambiará tu vida. Cambiará tu negocio. Si todos lo hacemos, cambiará el mundo. Así que empecemos.