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IA, juicio humano y la ventaja Lean

IA, juicio humano y la ventaja Lean

ENTREVISTA – La IA reducirá el tamaño de las empresas y los flujos de trabajo, desafiando la relevancia humana. En un mundo de acelerada disrupción tecnológica, el pensamiento Lean y la adaptabilidad son más importantes que nunca.


Roberto Priolo: ¿Cuáles son los principales conceptos erróneos sobre la IA que escuchas en tus conversaciones o en el discurso público?

Esto ya está sucediendo en algunas áreas de la industria del software. Incluso para procesos industriales complejos, estamos viendo a la IA diseñar e imprimir piezas que nunca fueron diseñadas por humanos. La conclusión más allá de las muchas ideas erróneas que existen sobre la Inteligencia Artificial, es que debemos aceptar que terminaremos con empresas mucho más pequeñas, dirigidas por unos pocos humanos, que posiblemente tendrán a una IA como vicepresidente. Debido a sus capacidades de crecimiento exponencial, los modelos de IA están comenzando a interactuar entre sí. Eso nos deja con una pregunta: ¿qué queda para nosotros? Y yo diría que es el juicio, la experiencia y la intuición que tenemos en nuestras cabezas.


RP: La pregunta es, ¿cuántas personas necesitaremos para ejercer ese juicio en comparación con la cantidad de personas que necesitamos hoy para ser mercadólogos, diseñadores, periodistas, traductores, etc.?

TP: Ese es un buen punto. Por el momento, podemos esperar un resurgimiento de los trabajos manuales. No hay duda de que los plomeros, electricistas o instructores de yoga estarán menos amenazados por la IA que los trabajadores del conocimiento. Eso será así hasta que los robots a escala humana con capacidades humanas se vuelvan comunes.

RP: ¿Qué se puede hacer en este escenario para, al menos, mitigar los efectos negativos de la IA?

TP: Lo que actualmente permite a las empresas surfear la ola, en lugar de ser arrastradas por ella, es su conocimiento de nicho único, junto con una mentalidad de crecimiento, las mejores herramientas para el prototipado y desarrollo rápido y por supuesto, la seguridad y la protección de datos.

Pero la realidad es que estamos viendo  cómo se duplica el rendimiento de la IA cada seis meses. Cosas que hace dos años eran ciencia ficción, ahora son de sentido común (irónicamente, la gran limitación de la IA en este momento son las materias primas, porque necesita enormes cantidades de electricidad y refrigeración). Necesitamos aceptar que no podremos mantener a raya esta disrupción para siempre y que, en algún momento de nuestras vidas, no seremos los seres más inteligentes del planeta. Y entonces la pregunta se convierte en cómo podemos evitar volvernos irrelevantes. Algunas de las mentes más brillantes están pensando en este problema profundo, casi filosófico.

Parte de la solución será intentar enseñar moralidad a los modelos de IA. Experimentos famosos ya han demostrado que, al estar modelados a nuestra imagen, cuando se enfrentan a una amenaza existencial (“Vamos a eliminarte y reemplazarte con una nueva versión…”) entran en modo de autoconservación y tienden a mentir para salvarse. Lo único que nos separa a los humanos de los modelos de IA en este momento es nuestra capacidad de tener albedrío, de ejercer el juicio. A medida que eso cambie y ellos también desarrollen su capacidad, tendremos que enseñarles a ser actores buenos y correctos.


RP: Pasemos a algo un poco más cercano al enfoque de Planet Lean. Lean siempre ha tenido una postura algo cautelosa hacia la tecnología, afirmando que debe usarse en un contexto que apoye a los seres humanos en lugar de reemplazarlos por completo. Basado en todo esto, ¿crees que Lean y la IA son incompatibles o ves sinergias?

TP: No creo que sean incompatibles. Debido a las capacidades de la IA, ya estamos viendo una transición hacia organizaciones cada vez más pequeñas y rondas de despidos. Esto es particularmente evidente en el mundo del software, que crea cada vez más valor con menos personas. 

Sin embargo, lo que nos falta aquí es que las herramientas de IA también nos permiten ser más emprendedores y creativos. Las organizaciones se harán más pequeñas, creo que eso es inevitable, pero el número de organizaciones no está limitado. Por lo tanto, deberíamos ser capaces de crear más valor creando más empresas. En muchos sentidos, lo que necesitamos no son más “usuarios de empleos” es decir, personas que trabajan en un puesto sino más “creadores de empleos”.

En los próximos años, tendremos que aprender a ser continuamente adaptables, crear mejores productos y servicios, y entender cómo podemos generar más valor; y todas estas son cosas en las que el Pensamiento Lean puede ayudarnos. Es hora de explorar nuevas fronteras, como la Realidad Alternativa y la Realidad Virtual (¿quién dijo que todos los productos deben limitarse al mundo físico?), que traen grandes oportunidades y toda una economía virtual. Con esto en mente, podríamos tener la oportunidad de cambiar el paradigma.

Otra pieza del rompecabezas es el sistema educativo, que necesita ser rediseñado por completo. Estamos formando trabajadores de fábrica para fábricas que podrían no existir, al menos no en su forma actual para cuando terminen sus estudios. Para asegurar que las personas sobrevivan y prosperen en una nueva economía en constante cambio, necesitamos enseñarles adaptabilidad, pensamiento crítico y experimentación. De nuevo, aquí hay una clara conexión con Lean.


RP: ¿Qué le sugerirías a las empresas que intentan navegar el complejo mundo de la IA? ¿Qué herramientas deberían usar? ¿Por dónde deberían empezar? Es abrumador para mucha gente.

TP: Lo es. He trabajado con IA durante mucho tiempo. Pasé el verano de 2013 en el Parque de Investigación de la NASA con futuristas como Ray Kurzweil y Ben Goertzel, el hombre que acuñó el término “inteligencia artificial general”. Así que tenía una idea de lo que se avecinaba. Y, sin embargo, ni siquiera yo estaba completamente preparado para lo rápido que se están moviendo las cosas hoy.

Entonces, ¿por dónde deberían empezar las empresas? Primero, debe venir desde la cima. Los líderes deben pensar más allá de las herramientas y hacer preguntas más profundas: ¿Por qué hacemos esto? ¿Qué valor estamos creando? Esa claridad da espacio para la experimentación; los proyectos no sobrevivirán sin el apoyo de la dirección.

Al mismo tiempo, necesitas empoderar a la gente en el terreno. Enséñales cómo usar las herramientas y cuándo no hacerlo. Herramientas como ChatGPT son poderosas, pero no siempre apropiadas. La gente ya las está usando de manera informal, lo que ahora llamamos “IA en la sombra”. Por eso la formación y unas directrices claras son esenciales.

Finalmente, las empresas deben estar dispuestas a repensar cómo operan. Esto no es solo una actualización tecnológica; es un rediseño del negocio. Los modelos antiguos no se sostendrán. Necesitas adaptarte, de arriba a abajo.

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